Acerca de «Nazca». Una carta de Soledad Fariña

El siguiente texto es una lectura-diálogo que la poeta Soledad Fariña entabla con el poemario Nazca, de Carolina Pezoa, en el marco del lanzamiento de su libro el próximo sábado 23 de octubre, en Santiago de Chile. 

  
                                                                                                                                                                      


Querida Carolina Pezoa,

 

 

Estoy
acercándome a este Nazca, leyendo-escribiendo intentando adivinar las frases,
música, ideas o preguntas que dejaste ocultas en el blanco entre las palabras escritas,
las tachadas, las inconclusas, las líneas                 ———————–    

 

lalilá la

 

 

Sin atribución y
sin fecha, 
aun
así se deja leer, dices, pero me pregunto

las palabras imaginan? en qué tiempo? a mitad del aliento?

Y qué dice esa voz? Esa voz no dice,  dices.

                     

                    Pero la voz accede,
entra a escena, al drama de la palabra,

                    a su oposición
negro/blanco, (letra negra esculpida en el blanco)

 

Atardece y escuchamos el mar -el ruido- bajas la voz, el sonido y
cuentas, en el tiempo, el no-contar

¿Cambias el devenir por el fulgor
del instante?

Mirar, hablar, escribir,  me dices.

También haber:   haber ojos haber inmensidad  haber nada.

                        Cerrar los ojos
apacigua, dices, pero no.

 

Algo habría que cambiar. Qué palabras  qué tiempo.

Alguien dice Nada y gana tiempo, dices

 

Pero Aún, ¿la
palabra aún es tiempo detenido?

                        El zumbido dice
viaje,

                        El viaje también es
tiempo, es espacio-digo

 

¿Cruzar a Nada? ¿Cruzar a Tara?

 

Me pregunto cómo hablan el animal
y tú

UNO y OTRA

 

En caricia en tardanza, dices –tardanza es tiempo lento-
el tono

La palabra se deja leer el tono no se deja leer

            el
tono, el tono es lo primero

               no importa con qué
cubrir el tono

               Con hojas? Con viento? Con
tiempo?

 

Preocuparse del tiempo. ¿Pero después de qué?

No te va a hablar de amor    El
tiempo te hablará 

Venir y partir

Alguien está y se ha ido, dices         

Aparece la nada y el nadie ¿se pertenecen?

 

Algo acontece: llueve         

                        Hay cuenco, hay
agua, caída,

                        Piedra, golpe:
palabras

 

Hay huellas     ¿o
la palabra huellas?

¿Quién va a nacer

o quiere que alguien NAZCA?

 

La impotencia del NO        Conflicto
de las letras-palabras, dices

Noche –alba-noche             Tocalumbrarpalabras, dices

 

¿Puede arborecer la piedra?

¿Pueden los árboles crecer en remolinos hacia adentro?

 

las palabras mudas no dicen, no hablan

te pregunto ¿tampoco piensan?

 

Los cuerpos

 

            Zona de sacrificio

                                    Muda la imagen

Excede mudez           

                       

Data                Arum Arum

 

 

Venir al fuego, dices

Tu deseo es el sol?

 

De las Líneas  ¿Escuchas la Primera?

 

Su oído           Su enfermedá?

 

            La lálilá?



La herencia y la memoria como ficción. En torno a «Preguntas al sur de la fantasía», de Wenuan Escalona

 

Por Clara Quero Flores y Cristina Bravo Montecinos

Al ingresar a Preguntas al sur de la fantasía, de Wenuan
Escalona parecemos iniciar un viaje. En este, aparentemente nos trasladamos al
sur, sin embargo, a poco recorrer, descubrimos que algo incomoda. Y es que el
hablante sospecha permanentemente sobre aquello que instaura una identidad
hegemónica. El sur, aparece aquí como un lugar cargado de signos que se abren y por lo tanto, cuestionan la experiencia del yo y el lugar del yo. El
sur, espacio geográfico y cultural tantas veces nombrado y definido por las
ciencias sociales, se desplaza hacia diversos sures.

“Te cansó la
palabra territorio. Te agotó la palabra ciudad.

El terruño
es insufrible, no lo digas.

No más
comarcas, no más provincias, no más frontera,

ni el
siútico far west, sin antes abordar tu decadencia”.

La descripción del territorio es
la sospecha y la intención de la palabra es el recuerdo. En esa duda se
construye el “sur de fantasía”.

En un gesto metaléptico, este
hablante que se nombra a sí mismo Wenuan expresa el dolor de la escritura en el
que la infancia es un viaje iniciático. Se revela la fantasía como palabra,
imagen y experiencia. En este recorrido, aparecen referencias poéticas,
mitológicas y cinematográficas como guiños de un imaginario que no se detiene y
proyecta una “historia sin fin”. Es el ojo del niño que descubre su propio
territorio, no aquel que le fue asignado por tradiciones oficialistas.

“Te formaste en palabras como: exclusión,
violencia, opresor

y sí, la
carne te enseñó que sí, lo creíste, niño, estudiante, padre,

lamgen,
peñi, compañero, y cerraste filas. Te comprometiste

con ese
mundo que bullía en el hogar

en la
familia lejana que por primera vez aparecía

en el sonar
de tu pasión. Y luego vinieron los poemas

bellos
poemas como tablas para armar puentes al ayer del apellido”.

 

Descubre que en los rituales hay
fantasía y en ella está la palabra. En el ejercicio de conformación del yo,
devela los diversos referentes masculinos que acompañan su viaje. El hablante
Wenuan, comparte, al igual que el autor, el apellido paterno, este gesto expresa
uno de los aspectos más significativos en torno a sus referentes identitarios, la
validación de su herencia mapuche como dadora de sentido.

“La casa de
tu padre fue la corriente, Wenuan, la maniobra

entre los
icebergs del afecto, la fuga perenne como un ojo

que ve las
cadenas de la siembra.

Tú heredaste
esa renuncia

tú defiendes
ese hogar a la intemperie”.

 

Sin embargo, esta elección por la corriente paterna, no deja de
instalar nuevamente sospechas sobre el ejercicio de la escritura. Wenuan cuestiona
su condición de poeta, como también su calidad de agente cultural en la descripción
de su ancestralidad. Sostiene que la memoria es “reunión de ficciones, ética
omnipresente” donde la herencia no es garantía de continuidad del gran relato histórico
y literario del Wallmapu ni de ningún territorio, puesto que, la fantasía nos
sostiene, no así, las historias oficiales que no reconocen las diferencias.

 

“¿Qué es tu
militancia con la sangre

tus saltos
en el tiempo, Wenuan?”

Wenuan Escalona (Temuco, 1977)

Poeta y fotógrafo mapuche. Becario fundación Pablo Neruda, expositor en la Segunda Bienal de Arte Indígena, ganador beca de creación literaria del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Ha publicado los libros de poesía “Romería” (2010), “El Mapa Roto”(2014) y «Preguntas al sur de fantasía» (2021). Antologado en diversas publicaciones nacionales e internacionales, entre las que destacan: revista “Anales de la Universidad de Chile”; “Katatay” Revista Crítica de literatura latinoamericana; Antología bilingüe de poesía contemporánea “El Fuego que Somos”, Editorial Abordo, Francia; y Antología de Poesía Chilena, Mago Editores (2018), entre otros. Actualmente reside en Concepción, donde se desempeña como Artista Educador del Programa Acciona.